viernes, 4 de mayo de 2012

LECT.3°AÑO.ELGAUCHO MARTÍN FIERRO.PRIMERA PARTE.CANTOS: VII,VII,IX,X,XI,XII,XIII


EL GAUCHO MARTÍN FIERRO 
(primera parte)
                                  De José Hernández

VII

De carta de más me vía
Sin saber a donde dirme;
Mas dijieron que era vago
Y entraron a perseguirme.

Nunca se achican los males,
Van poco a poco creciendo,
Y ansina me vide pronto
Obligao a andar juyendo.

No tenía mujer, ni rancho,
Y a más era resertor;
No tenía una prenda güena
Ni un peso en el tirador.

A mis hijos infelices
Pensé volverlos a hallar
Y andaba de un lao al otro
Sin tener ni qué pitar.

Supe una vez por desgracia
Que había un baile por allí,
Y medio desesperao
A ver la milonga fui.

Riunidos al pericón
Tantos amigos hallé,
Que alegre de verme entre ellos
Esa noche me apedé.

Como nunca, en la ocasión
Por peliar me dió la tranca,
Y la emprendí con un negro
Que trujo una negra en ancas.

Al ver llegar la morena
Que no hacía caso de naides,
Le dije con la mamúa
"Va...ca...yendo gente al baile".

La negra entendió la cosa
Y no tardó en contestarme
Mirándome como a perro:
"Más vaca será su madre".

Y dentró al baile muy tiesa
Con más cola que una zorra,
Haciendo blanquiar los dientes
Lo mesmo que mazamorra.

"Negra linda"... dije yo,
"Me gusta pa la carona";
Y me puse a talariar
Esta coplita fregona.
|
"A los blancos hizo Dios,
A los mulatos San Pedro,
A los negros hizo el diablo
Para tizón del infierno".

Había estao juntando rabia
El moreno dende ajuera;
En lo escuro le brillaban
Los ojos como linterna.

Lo conocí retobao,
Me acerqué y le dije presto:
"Por...r.. rudo que un hombre sea
Nunca se enoja por esto".

Corcobió el de los tamangos
Y creyéndose muy fijo;
"Más porrudo serás vos,
Gaucho rotoso", me dijo.

Y ya se me vino al humo
Como a buscarme la hebra,
Y un golpe le acomodé
Con el porrón de giñebra.

Ahi no más pegó el de hollín
Más gruñidos que un chanchito,
Y pelando el envenao
Me atropelló dando gritos.

Pegué un brinco y abrí cancha
Diciéndoles: "Caballeros
Dejen venir ese toro;
Solo nací... solo muero".

El negro después del golpe
Se había el poncho refalao
Y dijo: "Vas a saber
Si es solo o acompañao".

Y mientras se arremangó
Yo me saqué las espuelas,
Pues malicié que aquel tío
No era de arriar con las riendas.

No hay cosa como el peligro
Pa refrescar un mamao;
Hasta la vista se aclara
Por mucho que haiga chupao.

El negro me atropelló
Como a quererme comer;
Me hizo dos tiros seguidos
Y los dos le abarajé.

Yo tenía un facón con S
Que era de lima de acero;
Le hice un tiro, lo quitó
Y vino ciego el moreno.

Y en el medio de las aspas
Un planazo le asenté
Que lo largué culebriando
Lo mesmo que buscapié.

Le coloriaron las motas
Con la sangre de la herida,
Y volvió a venir furioso
Como una tigra parida.

Y ya me hizo relumbrar
Por los ojos el cuchillo,
Alcanzando con la punta
A cortarme en un carrillo.

Me hirvió la sangre en las venas
Y me le afirmé al moreno,
Dándole de punta y hacha
Pa dejar un diablo menos.

Por fin en una topada
En el cuchillo lo alcé
Y como un saco de güesos
Contra un cerco lo largué.

Tiró unas cuantas patadas
Y ya cantó pa el carnero.
Nunca me puedo olvidar
De la agonía de aquel negro.

En esto la negra vino,
Con los ojos como ají,
Y empezó la pobre allí
A bramar como una loba.

Yo quise darle una soba
A ver si la hacía callar;
Mas pude reflesionar
Que era malo en aquel punto,
Y por respeto al dijunto
No la quise castigar.

Limpié el facón en los pastos;
Desaté mi redomón,
Monté despacio, y salí
Al tranco pa el cañadón.

Después supe que al finao
Ni siquiera lo velaron
Y retobao en un cuero
Sin resarle lo enterraron.

Y dicen que desde entonces
Cuando es la noche serena
Suele verse una luz mala
Como de alma que anda en pena.

Yo tengo intención a veces,
Para que no pene tanto,
De sacar de allí los güesos
Y echarlos al camposanto.
VIII

Otra vez que en un boliche
Estaba haciendo la tarde;
Cayó un gaucho que hacía alarde
De guapo y de peliador;
A la llegada metió
El pingo hasta la ramada,
Y yo sin decirle nada
Me quedé en el mostrador.

Era un terne de aquel pago
Que naides lo reprendía,
Que sus enriedos tenía
Con el señor Comendante;
Y como era protegido,
Andaba muy entonao
Y a cualquiera desgraciao
Lo llevaba por delante.

¡Ah pobre, si él mismo creiba
Que la vida le sobraba!
Ninguno diría que andaba
Aguaitándolo la muerte;
Pero ansi pasa en el mundo
Es ansi la triste vida:
Pa todos está escondida,
La güena o mala suerte.

Se tiró al suelo; al dentrar
Le dió un empellón a un vasco
Y me alargó un medio frasco
Diciendo "Beba, cuñao".
"Por su hermana" contesté,
"Que por la mía no hay cuidao".

"¡Ah, gaucho!", me respondió,
"¿De qué pago será criollo?
Lo andará buscando el hoyo,
Deberá tener güen cuero;
Pero ande bala este toro
No bala ningún ternero.

Y ya salimos trensaos,
Porque el hombre no era lerdo;
Mas como el tino no pierdo
Y soy medio lijerón,
Lo dejé mostrando el sebo
De un revés con el facón.

Y como con la justicia
No andaba bien por allí,
Cuanto pataliar lo vi,
Y el pulpero pegó el grito,
Ya pa el palenque salí
Como haciéndome el chiquito.

Monté y me encomendé a Dios,
Rumbiando para otro pago;
Que el gaucho que llaman vago
No puede tener querencia,
Y ansí de estrago en estrago
Vive llorando la ausencia.

Él anda siempre juyendo,
Siempre pobre y perseguido;
No tiene cueva ni nido,
Como si juera maldito;
Porque el ser gaucho... ¡barajo!
El ser gaucho es un delito.

Es como el patrio de posta:
Lo larga éste, aquel lo toma,
Nunca se acaba la broma
Dende chico se parece
Al arbolito que crece
Desamparao en la loma.

Le echan la agua del bautismo
Aquel que nació en la selva,
"Buscá madre que te envuelva",
Le dice el flaire y lo larga,
Y dentra a cruzar el mundo
Como burro con la carga.

Y se cría viviendo al viento
Como oveja sin trasquila
Mientras su padre en las filas
Anda sirviendo al Gobierno;
Aunque tirite en invierno,
Naides lo ampara ni asila.

Le llaman "gaucho mamao"
Si lo pillan divertido,
Y que es mal entretenido
Si en un baile lo sorprienden;
Hace mal si se defiende
Y si no, se ve... fundido.

No tiene hijos, ni mujer,
Ni amigos, ni protetores,
Pues todos son sus señores
Sin que ninguno lo ampare;
Tiene la suerte del güey
Y ¿dónde irá el güey que no are?

Su casa es el pajonal,
Su guarida es el desierto;
Y si de hambre medio muerto
Le echa el lazo a algún mamón,
Lo persiguen como a pleito,
Porque es un "gaucho ladrón".

Y si de un golpe por ahi
Lo dan vuelta panza arriba,
No hay un alma compasiva
Que le rese una oración:
Tal vez como cimarrón
En una cueva lo tiran.

Él nada gana en la paz
Y es el primero en la guerra;
No lo perdonan si yerra,
Que no saben perdonar,
Porque el gaucho en esta tierra,
Sólo sirve pa votar.

Para él son los calabozos,
Para él las duras prisiones;
En su boca no hay razones
Aunque la razón le sobre;
Que son campanas de palo
Las razones de los pobres.

Si uno aguanta, es gaucho bruto;
Si no aguanta, es gaucho malo.
¡Déle azote, déle palo
Porque es lo que él necesita!
De todo el que nació gaucho
Esta es la suerte maldita.

Vamos, suerte, vamos juntos
Dende que juntos nacimos,
Y ya que juntos vivimos
Sin podernos dividir,
Yo abriré con mi cuchillo
El camino pa seguir.
XI
A otros les brontan las coplas
Como agua de manantial;
Pues a mí me pasa igual,
Aunque las mías nada valen:
De la boca se me salen
Como ovejas del corral.

Que en puertiando la primera,
Ya la siguen las demás,
Y en montones las de atrás
Contra lospalos se estrellan,
Y saltan y se atropellan,
Sin que se corten jamás.

Y aunque yo por mi inorancia
Con gran trabajo me esplico,
Cuando llego a abrir el pico
Téngaló por cosa cierta:
Sale un verso y en la puerta
Ya se asoma el otro el hocico.

Y empréstemé su atención,
Me oirá relatar las penas
De que traigo la alma llena,
Porque en toda circustacia
Paga el gaucho su inorancia
Con la sangre de las venas.

Después de aquella desgracia
Me refugié en los pajales
Anduve entre los cardales,
Como vicho sin guarida;
Pero, amigo, es esa vida
Como vida de animales.

Y son tantas las miserias
En que me he sabido ver,
Que con tanto padecer
Y sufrir tanta aflición
Malicio que he de tener
Un callo en el corazón.

Ansí andaba como guacho
Cuando pasa el temporal.
Supe una vez pa mi mal,
De una milonga que había
Y ya pa la pulpería
Enderesé mi bagual.

Era la casa del baile
Un rancho de mala muerte
Y se enlíenó de tal suerte
Que andábamos a empujones:
Nunca faltan encontrones
Cuando el pobre se divierte.

Yo tenía unas medias botas
Con tamaños verdugones;
Me pusieron los talones
Con crestas como los gallos;
¡Si viera mis afliciones
Pensando yo que eran callos!

Con gato y con fandanguillo
Había empezao el changango
Y para ver el fandango
Me colé haciendome bola
Mas metió el diablo la cola
Y todo se volvió pango.

Había sido el guitarrero
Un gaucho duro de boca.
Yo tengo pacencia poca
Pa aguantar cuando no debo:
A ninguno me le atrevo
Pero me halla el que me toca.

A bailar un pericón
Con una moza salí,
Y cuando me vido allí
Sin duda me conoció
Y estas coplitas cantó
Como por rairse de mí:

Las mujeres son todas
Como las mulas;
Yo no digo que todas,
Pero hay algunas
Que a las aves que vuelan
Les sacan plumas".

Hay gauchos que presumen
De tener damas;
No digo que presumen,
Pero se alaban,
Y a lo mejor los dejan
Tocando tablas".

Se secretiaron las hembras
Y yo ya me encocore,
Volié la anca y le grité:
Dejá de cantar... chicharra
Y de un tajo a la guitarra
Tuitas las cuerdas corté.

Al punto salió de adentro
Un gringo con un jusil;
Pero nunca he sido vil,
Poco el peligro me espanta:
Ya me refalé la manta
Y la eché sobre el candil.

Gané en seguida la puerta
Gritando: "Naides me ataje";
Y alborotao el hembraje
Lo que todo quedó escuro,
Empezó a verse en apuro
Mesturao con el gauchaje.

El primero que salió
Fué el cantor y se me vino,
Pero yo no pierdo el tino
Aunque haiga tomao un trago,
Y hay algunos por mi pago
Que me tienen por ladino.

No ha de haber achocao otro;
Le salió cara la broma;
A su amigo cuando toma
Se le despeja el sentido,
Y el pobrecito había sido
Como carne de paloma.

Para prestar sus socorros
Las mujeres no son lerdas;
Antes que la sangre pierda
Lo arrimaron a unas pipas.
Ay lo dejé con las tripas
Como pa que hiciera cuerdas.

Monté y me largué a los campos
Más libre que el pensamiento,
Como las nubes al viento,
A vivir sin paradero;
Que no tiene el que es matrero
Nido, ni rancho, ni asiento.

No hay fuerza contra el destino
Que le ha señalao el cielo
Y aunque no tenga consuelo
Aguante el que está en trabajo:
¡Naides se rasca pa abajo
Ni se lonjea contra el pelo!

Con el gaucho desgraciao
No hay uno que no se entone;
La menor falta lo espone
A andar con los avestruces:
Faltan otros con más luces
Y siempre hay quien los perdone.
XII

Yo no sé que tantos meses
Esta vida me duró;
A veces nos obligó
La miseria a comer potro:
Me había acompañao con otros
Tan desgraciaos como yo.

Mas ¿para qué platicar
Sobre esos males, canejo?
Nace el gaucho y se hace viejo
Sin que mejore su suerte,
Hasta que por ay la muerte
Sale a cobrarle el pellejo.

Pero como no hay desgracia
Que no acabe alguna vez,
Me aconteció que después
De sufrir tanto rigor
Un amigo por favor
Me compuso con el juez.

Le alvertiré que en mi pago
Ya no vá quedando un criollo:
Se los ha tragao el hoyo
O juido o muerto en la guerra,
Porque, amigo, en esta tierra
Nunca se acaba el embrollo.

Colijo que jué por eso
Que me llamó el Juez un día
Y me dijo que quería
Hacerme a su lao venir,
Pa que dentrase a servir
De soldao de polecía.

Y me largó una ploclama
Tratándomé de valiente,
Que yo era un hombre decente,
Y que dende aquel momento
Me nombraba de sargento
Pa que mandara la gente.

Ansí estuve en la partida
Pero ¡qué había de mandar!
Anoche al irlo a tomar
Vide güena coyontura
Y a mí no me gusta andar
Con la lata a la cintura.


Ya conoce, pues, quien soy,
Tenga confianza conmigo;
Cruz le dió mano de amigo
Y no lo ha de abandonar.
Juntos podemos buscar
Pa los dos un mesmo abrigo.

Andaremos de matreros
Si es preciso pa salvar;
Nunca nos ha de faltar
Ni un güen pingo para juir,
Ni un pajal ande dormir,
Ni un matanabre que ensartar.

Y cuando sin trapo alguno
Nos haiga el tiempo dejao
Yo le pediré emprestao
El cuero a cualquiera lobo
Y hago un poncho, silo sobo,
Mejor que poncho engomao.

Para mí la cola es pecho
Y el espinazo es cadera;
Hago mi nido ande quiera
Y de lo que encuentro como;
Me echo tierra sobre el lomo
Y me apeo en cualquier tranquera.

Y dejo rodar la bola
Que algún día se ha de parar
Tiene el gaucho que aguantar
Hasta que lo trague el hoyo
O hasta que venga algún criollo
En esta tierra a mandar.

Lo miran al pobre gaucho
Como carne de cogote;
Lo tratan al estricote,
Y si ansí las cosas andan
Porque quieren los que mandan
Aguantemos los azotes.

¡Pucha, si usté los oyera
Como yo en una ocasión
Tuita la conversación
Que con otro tuvo el Juez!
Le asiguro que esa vez
Se me achicó el corazón.

Hablaban de hacerse ricos
Con campos en la frontera;
De sacarla más ajuera
Donde había campos baldidos
Y llevar de los partidos
Gente que la defendiera.

Todos se güelven proyectos
De colonias y carriles
Y tirar la plata a miles
En los gringos enganchaos,
Mientras al pobre soldao
Le pelan la chaucha, ¡ah, viles!

Pero si siguen las cosas
Como van hasta el presente
Puede ser que redepente
Veamos el campo desierto,
Y blanquiando solamente
Los güesos de los que han muerto.

Hace mucho que sufrimos
La suerte reculativa:
Trabaja el gaucho y no arriba,
Porque a lo mejor del caso
Lo levantan de un sogazo
Sin dejarle ni saliva.

De los males que sufrimos
Hablan mucho los puebleros,
Pero hacen como los teros
Para esconder sus niditos:
En un lao pegan los gritos
Y en otro tienen los güevos.

Y se hacen los que no aciertan
A dar con la coyontura;
Mientras al gaucho lo apura
Con rigor la autoridá,
Ellos a la enfermedá
Le está errando la cura.
XII
MARTIN FIERRO

Ya veo que somos los dos
Astilla del mesmo palo:
Yo paso por gaucho malo
Y usté anda del mesmo modo,
Y yo, pa acabarlo todo
A los Indios me refalo.

Pido perdón a mi Dios,
Que tantos bienes me hizo;
Pero dende que es preciso
Que viva entre los infieles,
Yo seré cruel con los crueles:
Ansí mi suerte lo quiso.

Dios formó lindas las flores,
Delicadas como son,
Les dió toda perfeción
Y cuanto él era capaz,
Pero al hombre le dió más
Cuando le dió el corazón.

Le dió claridá a la luz,
Juerza en su carrera al viento,
Le dió vida y movimiento
Dende la águila al gusano,
Pero más le dió al cristiano
Al darle el entendimiento.

Y aunque a las aves les dio,
Con otras cosas que inoro,
Esos piquitos como oro
Y un plumaje como tabla,
Le dió al hombre más tesoro
Al darle una lengua que habla.

Y dende que dio a las fieras
Esa juria tan inmensa,
Que no hay poder que las venza
Ni nada que las asombre
¿Qué menos le daría al hombre
Que el valor pa su defensa?

Pero tantos bienes juntos
Al darle, malicio yo
Que en sus adentros pensó
Que el hombre los precisaba,
Pues los bienes igualaba
Con las penas que le dio.

Y yo empujao por las mías
Quiero salir de este infierno;
Ya no soy pichón muy tierno
Y sí manejar la lanza
Y hasta los Indios no alcanza
La facultá del gobierno.

Yo sé que allá los caciques
Amparan a los cristianos
Y que los tratan de "hermanos"
Cuando se van por su gusto.
¿A qué andar pasando sustos?
Alcemos el poncho y vamos.

En la cruzada hay peligros
Pero ni aun esto me aterra;
Yo ruedo sobre la tierra
Arrastrao por mi destino
Y si erramos el camino...
No es el primero que lo erra.

Si hemos de salvar o no
De esto naides nos responde.
Derecho ande el sol se esconde
Tierra adentro hay que tirar;
Algún día hemos de llegar...
Después sabremos adónde.

No hemos de perder el rumbo,
Los dos somos güena yunta;
El que es gaucho vá ande apunta,
Aunque more ande se encuentra;
Pa el lao en que el sol se dentra
Dueblan los pastos la punta.

De hambre no pereceremos,
Pues según otros me han dicho
En los campos se hallan bichos
De lo que uno necesita...
Gamas, matacos, mulitas,
Avestruces y quirquinchos.

Cuando se anda en el desierto
Se come uno hasta las colas;
Lo han cruzao mujeres solas
Llegando al fin con salú,
Y ha de ser gaucho el ñandú
Que se escape de mis bolas.

Tampoco a la sí le temo,
Yo la aguanto muy contento,
Busco agua olfatiando al viento,
Y dende que no soy manco
Ande hay duraznillo blanco
Cavo y la saco al rnomento.

Allá habrá siguridá
Ya que aquí no la tenemos,
Menos males pasaremos
Y ha de haber grande alegría
El día que nos descolguemos
En alguna toldería.

Fabricaremos un toldo,
Como lo hacen tantos otros,
Con unos cueros de potro,
Que sea sala y sea cocina.
¡Tal vez no falte una china
Que se apiade de nosotros!

Allá no hay que trabajar,
Vive uno como un señor;
De cuando en cuando un malón,
Y si de él sale con vida
Lo pasa echao panza arriba
Mirando dar güelta el sol.

Y ya que a juerza de golpes
La suerte nos dejó aflús
Puede que allá veamos luz
Y se acaben nuetras penas.
Todas las tierras son güenas:
Vámosnos, amigo Cruz.

El que maneja las bolas,
El que sabe echar un pial,
Y sentársele a un bagual
Sin miedo de que lo baje,
Entre los mesmos salvajes
No puede pasarlo mal.

El amor como la guerra
Lo hace el criollo con canciones;
A más de eso en los malones
Podemos aviamos de algo;
En fin amigo, yo salgo
De estas pelegrinaciones.

En este punto el cantor
Buscó un porrón pa consuelo,
Echó un trago como un cielo,
Dando fin a su argumento,
Y de un golpe al instrumento
Lo hizo astillas contra el suelo.

"Ruempo", dijo, "la guitarra,
Pa no volverme a tentar;
Ninguno la ha de tocar,
Por siguro tenganló;
Pues naides ha de cantar
Cuando este gaucho cantó".

Y daré fin a mis coplas
Con aire de relación;
Nunca falta un preguntón
Más curioso que mujer,
Y tal vez quiera saber
Cómo fue la conclusión.

Cruz y Fierro de una estancia
Una tropilla se arriaron;
Por delante se la echaron
Como criollos entendidos
Y pronto sin ser sentidos,
Por la frontera cruzaron.

Y cuando la habían pasao,
Una madrugada clara
Le dijo Cruz que mirara
Las últimas poblaciones;
Y a Fierro dos lagrimones
Le rodaron por la cara.

Y siguiendo el fiel del rumbo
Se entraron en el desierto.
No sé si los habrán muerto
En alguna correría,
Pero espero que algún día
Sabré de ellos algo cierto.

Y ya con estas noticias
Mi relación acabé;
Por ser ciertas las conté,
Todas las desgracias dichas:
Es un telar de desdichas
Cada gaucho que usté ve.

Pero ponga su esperanza
En el Dios que lo formó;
Y aquí me despido yo,
Que he relatao a mi modo
MALES QUE CONOCEN TODOS
PERO QUE NAIDES CONTÓ.


No hay comentarios:

Publicar un comentario